Extracto del libro » Árboles y faros: Diez destellos para vivir en pareja»
«El conflicto es una realidad humana que surge de la simple interacción de dos personas, como también es una realidad que preferimos no estar en conflicto.
Las estadísticas muestran que tanto las parejas felices como las infelices tienen el mismo número y tipo de conflictos, lo que las diferencian es cómo los afrontan.
Por tanto, normaliza la existencia de conflictos en tu pareja. Cuando lleguen, que llegarán, no los vivas ni como positivos ni como negativos, céntrate en afrontarlos adecuadamente.
A continuación, te indico algunas recomendaciones básicas que seguro te serán de utilidad.
Una buena manera de comenzar es que estés prevenido y atento para detectar y gestionar la sobreexcitación que precede a la escalada del conflicto. Esta suele venir acompañada de un lenguaje corporal muy concreto y de un incremento de las pulsaciones. Si consigues identificarla, en ti o en la otra persona, podrás tomar medidas desde el mismo inicio. En este sentido te recomiendo daros un “tiempo muerto” (separos físicamente un tiempo) hasta que se calme la situación. Generalmente se estima que la agitación emocional suele apaciguarse en aproximadamente veinte minutos.
Mi siguiente recomendación es que adoptes la actitud adecuada:
No dramatices. Sé muy consciente de que estás viviendo una situación compleja pero normal en cualquier pareja.
- Elije vivirlos como una oportunidad para conocerte mejor, conocer mejor a tu pareja y fortalecer la relación sabiendo superar constructivamente los mismos.
- Céntrate en asumir tu responsabilidad y no en culpabilizar al otro. Pon énfasis en lo que puedes cambiar y mejorar de ti mismo.
- Apuesta siempre por el entendimiento y la comunicación.
Si las discrepancias se mantienen y el desencuentro no lo puedes evitar, posiblemente te veas envuelto en una situación donde, por un lado, escuches quejas, reproches, críticas o juicios y, por otro lado, estés preparando tu arsenal para el contrataque, todo ello envuelto en un cóctel explosivo de emociones. Sin embargo, tienes otra opción y es usar la técnica de la validación.
Validar es poner el énfasis en comunicar a tu pareja de forma clara (verbal o no verbal) que comprendes sus acciones y sus vivencias (emociones, deseos, pensamientos y dolor) y que aceptas la legitimidad de las mismas, renunciando a rechazarlas o juzgarlas.
Coincide con la empatía en que com¬prendes la experiencia del otro, pero añades una comunicación clara de dicha comprensión. Y por supuesto, no debemos confundirla con estar de acuerdo con la otra persona ni con repetir como un loro lo que nos dice.
El milagro de la validación es que calma la agitación emocional, invierte la escalada del conflicto y fortalece la confianza e intimidad en la pareja, todo lo cual redunda en una mejora de la comunicación, que como veremos es la piedra angular en la resolución de conflictos. Sin embargo, el auténtico milagro es que cuanto más validamos a nuestra pareja, más nos valida ella. Y esto es, en definitiva, lo que en la mayoría de los casos necesitamos y demandamos, es decir, sentirnos comprendidos y no juzgados.
Si no afrontas adecuadamente los conflicos, tu relación podría convertirse en un campo de batalla y en una fuente constante de malestar, frustración e infelicidad.
Igual de negativo, aunque pueda no parecerlo, es si optas por la estrategia de la “desconexión” . Suele hacerse cuando un mismo conflicto se repite y sientes que te supera.
Mi quinta recomendación es que evites la estrategia de la desconexión. Supone distanciarte de tu pareja cuando crees que los conflictos son demasiado graves para resolverlos. Son señales que has adoptado por esta estrategia cuando empiezas a ver como inevitable el fin de la relación, decides adaptarte y reducir tus expectativas y comienzas a llevar una vida paralela y a sentirte solo. Nunca olvides este dato: el ochenta por ciento de las parejas que se divorcian admiten este progresivo distanciamiento.
Mi última recomendación es que seas muy consciente y consecuente con la importancia que tiene la comunicación en las relaciones de pareja. Una mala comunicación es la puerta de entrada a los conflictos y una buena la puerta de salida. Por ello resuelve tus conflictos hablando, elige el momento y lugar adecuado, busca soluciones creativas y respetuosas para ambos, y sobre todo no de seguir leyendo nuestras recomendaciones.»