Extracto del libro «Árboles y Faros: Diez destellos para vivir en pareja»
«A lo largo de los capítulos anteriores he compartido contigo una serie de recomendacio¬nes que considero esenciales para vivir en pareja.
Te he hablado de la relación más importante de tu vida, de la metáfora de los dos árboles que crecen juntos con profundas raíces y entrelazadas copas, del auténtico respeto, de que pongas el foco en cambiar tú, de los retos de la convivencia, de cómo afrontar los conflictos y del arte de la comunicación.
Soy consciente que son temas complejos y delicados y de la dificultad que te supone llevarlas a la práctica, pues tus hábitos y creencias suelen ofrecer bastantes resistencias. Sin embargo, he preferido exponértelas de forma sencilla y resumida, buscando la esencia, pero con la suficiente claridad y convicción para que despierten tu interés. Confío en que profundizarás en su conocimiento y que intentarás vivenciarlas, sabiendo que no hay mejor modo de aprender que a través de tu propia experiencia (prueba y error).
Esto requiere tiempo, dedicación y motivación. Espero que sea suficiente motivación saber que tu felicidad depende de ello.
Personalmente tengo muy presentes estas recomendaciones en mi propia relación y, por supuesto, profesionalmente hago bastante hincapié en ellas.
Sin embargo, por muy trabajadas que las tenga, por muy sincero que sea mi propósito, por muy grande que sea mi motivación, más veces de las que quisiera se me olvidaron o fueron insuficientes, volviéndome a encontrar en disputas dolorosas y en desesperanzadores callejones sin salida.
En aquellos momentos, donde escuchas los ecos de la rendición, donde tomas conciencia del inmenso reto y complejidad de una relación de pareja, donde te sientes completamente superado e injustamente perjudicado y, donde ves a la persona que amas como responsable de tu dolor, es cuando tienes que dar lo mejor de ti.
Y así lo hice y pude aprender lo que a continuación comparto contigo, que espero represente lo que fue para mí, un auténtico milagro:
La completa confianza
El denominador común de todos esos momentos dolorosos y conflictivos es un discurso interno muy poderoso donde culpabilizas a tu pareja y adoptas el papel de víctima.
Este férreo y sólido discurso crea un enorme muro de separación entre ambos. Sin embargo, existe un modo para que desaparezca de un plumazo y es eligiendo confiar completamente en tu pareja.
Para ello tienes que tomar conciencia y comprender, por un lado, que tú has creado ese muro y, por tanto, también tienes el poder de eliminarlo y, por otro lado, que esa actitud de culpabilización y juicio está alimentada y surge precisamente de la desconfianza.
Cuando eliges hacer lo contrario y confiar completamente en ella, ese mismo muro no tiene donde sustentarse y cae. En ese instante la ves, decides caminar hacia delante y os volvéis a encontrar.
Pero recuerda lo que te comentaba en el primer capítulo, para poder ofrecer este nivel y grado de confianza primero tienes que tenerlo tú y dártela a ti mismo. Cuando confías así en ti mismo, todos tus miedos, inseguridades y vulnerabilidad se disipan y eres capaz de arriesgarte y entregar semejante regalo a tu pareja. El milagro se completa cuando recibes ese mismo regalo de ella y te entrega su confianza.
Cuando la confianza se instala en los dos y en el día a día de tu relación, experimentas el auténtico milagro, la vivencia del verdadero amor.
La mirada interior
Cada persona es única. No solo físicamente, también interiormente. Cada persona tiene la capacidad de ver con sus ojos y de mirar con su corazón. A esta mirada la llamo la Mirada Interior.
Esta mirada interior es liberadora y orientadora. Te permite ver la auténtica naturaleza de cada persona que va más allá de su historia, su personalidad o su personaje. Ésta permanece invariable y ajena a los avatares de la vida.
Enamorarse y amar la auténtica naturaleza de la otra sostiene el Amor Verdadero. Aquel que la convivencia no desgasta, sino que lo pule, aquel que siempre encuentra motivo para perdonar, compartir y construir, aquel que desea la felicidad del otro, aunque no sea contigo como pareja.
Tal vez este pueda ser el gran secreto para vivir en pareja, tan desconocido, oculto e ignorado por muchas personas, pues supone mirar, no sólo a las profundidades del otro, sino a las profundidades de nuestro propio interior.»