Es duro decirlo y es duro escucharlo, pero muchas personas sufren y se quejan porque quieren. Sentir dolor es una realidad humana, pero sufrir es una elección. Depende de cómo elijamos afrontar este dolor, sufrimos o no.
Esto lo vemos continuamente en los problemas, conflictos y crisis de pareja.
Nos encontramos a muchas personas sufriendo en pareja porque eligen culpabilizar al otro, exigirle que cambie o depositar en éste la solución a sus propias carencias, heridas o aspiraciones vitales.
Prefieren hacer esto antes que mirarse así mismos, corresponsabilizarse de los problemas de pareja que están viviendo y responsabilizarse de esa carencias y heridas mencionadas.
Hacer esto último supone un gran desafío personal que nos conecta con nuestros miedos y resistencias más profundas. Es por ello que muchas personas prefieren sufrir y quejarse antes que transitar o, ni tan siquiera, acercarse a estos territorios.
En Dúo comprendemos y entendemos a las parejas que eligen sufrir y sobre todo ayudamos a las que eligen dejar de hacerlo.