Todos tenemos el derecho de elegir nuestro propio camino. Si estamos buscando pareja cada cual elige el modo que quiere hacerlo.
Parece evidente que el modo “tradicional” ha sido relegado por el poder de las variadas webs de citas que ofrecen sus servicios a través de internet.
Nosotros no hablaremos de ellas, sino que vamos a proponer otra alternativa para buscar pareja que, a muchos sonará a ciencia ficción, pero cuya eficacia y beneficios están comprobados.
Para entender esta teoría “casera”, metáfora o cuente, aplicable a muchos aspectos de la vida, no solo a la búsqueda de pareja, literalmente hay que visualizar un plano completamente horizontal suspendido en el aire y sobre él una serie de bolas esparcidas de distintos tamaños, materiales y superficies.
Imagina que tú eres una de esas bolas, concretamente, una bola de metal. Posiblemente, como a la mayoría de las personas te habrán educado en la creencia de que si quieres conseguir algo en la vida tienes que buscarlo y currártelo. Es el paradigma del esfuerzo y la competitividad. Si quieres algo ve hacia ello.
Si el resto de bolas son posibles parejas, tu “estrategia” será ponerte en movimiento, rodar e ir hacia ellas hasta conseguir “cazar” a una. Todo ello te supondrá un gasto de energía y recursos, esfuerzo, habilidades y un gran margen de incertidumbre.
Pero existe otra posibilidad.
Imagina que en vez de hacer lo anterior, siendo una bola metálica, te dedicas a pulirte y hacerte más densa. En un determinado momento tu brillo atraerá la atención de las otras bolas y tu densidad hará que el plano horizontal ceda hacia abajo y cree una pendiente cónica que hará que las otras bolas vayan hacia ti de manera natural. El tiempo que tarde dependerá de la inclinación que crees y de dónde estén situadas el resto bolas.
En la vida real, creas “densidad y brillo” cuando te amas a ti misma, cuando has aprendido a disfrutar de tu soledad, cuando la felicidad nace y crece en tu interior, cuando profundizas en tu propio autoconocimiento, cuando cultivas tu crecimiento personal, cuando dejas de buscar…
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