Que nada ni nadie te impida poner fin a una relación de pareja. Tienes todo el derecho a hacerlo cuando y como quieras, tengas o no tengas hijos.
Sin embargo, si tienes hijos, desde nuestro punto de vista, tienes el deber de entenderte con tu pareja para proteger y cuidar sus intereses y necesidades, físicas y emocionales.
Ellos están indefensos, ellos son lo primero. Todo lo demás viene después, incluido tú.
Esto significa que debéis ser capaces de hablar, comunicaros y dialogar en todo momento. Como mínimo para acordar todo lo necesario sobre las cuestiones prácticas que supone el fin de la pareja y la continuidad de la crianza y corresponsabilidad parental y, para que tengan como referentes a dos padres separados afectivamente, pero unidos en darles los mejor (amor, respeto, protección y cuidados físicos y emocionales).
Si solos no podéis, no terminéis optando por la confrontación, la polarización y el conflicto. Esto causará graves daños a vuestros hijos y a vosotros mismos. Recordad, siempre es posible llegar a un entendimiento dónde ambos os sintáis bien.
Si solos no podéis y tenéis hijos, tenéis la opción y también el “deber” de buscar ayuda profesional. Esta puede ser una de la mejores decisiones e inversiones de vuestra vida, teniendo en cuenta lo que está en juego.
En DÚO somos especialistas en ofrecer este tipo de ayuda. Si decides buscar ayuda, somos la ayuda que buscas.