Cuesta trabajo entender esto y luego llevarlo a la práctica. Voy a intentar explicarlo.
Por supuesto, no me estoy refiriendo a la ayuda ordinaria que la pareja, como equipo, se proporciona en el día a día. Este tipo de ayuda recíproca es uno de los pilares de cualquier relación de pareja.
Me estoy refiriendo a una doble actitud en la que nos extralimitamos queriéndola “ayudar” a resolver sus “problemas” personales. Aquellos que, a nuestro juicio, terminan en conflictos de pareja.
Una, es asumir el papel de salvador, creyendo que tu pareja no puede resolverlos por sí misma y que depende de ti para hacerlo.
Otra, es asumir el papel de juez y víctima, creyendo que el otro es culpable de los conflictos y que cuando cambie todo se solucionará. Por supuesto, es imprescindible tu “ayuda” e intervención para este cambio.
Ambas creencias, actitudes y comportamientos, están entre las causas más habituales que explican el desgaste y ruptura de la mayoría de las relaciones de pareja.
En la terapia de pareja que hacemos en Dúo trabajamos estas cuestiones y ayudamos a interiorizar un nuevo paradigma de corresponsabilidad y mirada prioritaria hacia uno mismo.
En definitiva, más que ayudar a tu pareja, se trata de ayudarse a uno mismo y confiar en que otro hará otro tanto más de lo mismo.
Este es el verdadero amor de pareja y el camino para transformar muchos de los conflictos de pareja. No es fácil, pero es posible.