Me gusta aprender y dejarme inspirar por los árboles que me voy encontrando por el camino. Dar rienda suelta a mi imaginación.
Observo a estos dos árboles y me imagino a una pareja con años de convivencia. Todo bien estructurado, todo bien acordado, todo bien organizado, con el objetivo marcado y apuntando alto…
Sin embargo, algo no va bien. Uno se está agotando de mirar desde abajo al otro, de crecer bajo su sombra, de vivir apuntando alto.
Una situación delicada que suele pasar desapercibida, tanto que, cuando el otro finalmente mira hacia abajo, no encuentra ningún árbol. Finalmente se secó o se lo llevaron.