Ejercicios de muchos tipos, por ejemplo, ejercicio de honestidad.
En el transcurso de una terapia de pareja, sobre todo en su etapa final, después de un trabajo de crecimiento individual y conjunto, toca que cada uno haga un ejercicio de honestidad completa consistente en describir quien es, que quiere y que necesita a nivel personal y de pareja.
Esto significa desnudarse, exponerse, hacerse vulnerable y estar dispuesto a asumir las consecuencias. Pero también significa reconocerse, respetarse y quererse a uno mismo.
En la mayoría de los casos nadie quiere llegar a esta verdad, ni saberla, ni expresarla, ni escucharla, o al menos se encuentran muchas resistencias al respecto.
Con esta declaración honesta se acabaron las mentiras, las culpas y los reproches. Lo que hay es lo que hay. Al otro le toca elegir libremente si continuar o no con la relación de pareja, aceptando al otro y poniendo, en todo caso, el foco en su propio cambio personal.
Sin duda, “la verdad te hará libre”.